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La Oración de La Jurada

Yo sentía el temor en cada parte de mi ser mientras que abría la última carta. Letras oscuras en el sobre proclamaron “Llamada Para Servicio del Jurado”.”

Oh, no. ¿ Porqué yo? Inmediatemente traté de pensar en una razón para poder evitar mi obligación. Nada. Me quité los zapatos, me sentí en el sofá, dándome cuenta que tendría que ir. Fue el fin perfecto a un largo día de problemas en la oficina que podrían ser tan intensos como cualquier drama de tribunal.

Pasaron unas semanas, y por fin llegó el día. Levantándome de la cama, caminaba casi dormido al cafetero y empecé a preparar por las horas largas de esa día. Fue agosto en Tejas y la humedad en el aire fue una promesa que sería un día que me sofocaría de calor. Traté de buscar algo en la guardaropa bastante ligero para llevar, y me puse los zapatos más cómodos que pude hallar, pensando en las largas caminatas del garaje de estacionamiento y los muchos pasillos en el corte.

Busqué por unos periódicos para no ser tan aburrido, agarré mi almuerzo, y marché sin ganas de la puerta, esperando que ¡me dejarían salir temprano!

Por supuesto, el tráfico de la mañana fue lleno de automovilistas apresurados. Aunque ha sido años desde que tuve mi accidente (alguien me choqó por atrás), todavia me pongo nerviosa en la autopista durante la hora de tráfico más intensa. Cuando hay mucho tráfico, mi “amiga”, la ansiedad, me afecta mucho, tan seguro que el Pastor Hennesey va a llegar para predicar en domingo en la mañana. Oré una oración y con tenacidad caminaba, llegando seguro en el tribunal, y dejando mi carro en el garaje de estacionamiento con tiempo extra.

Cuando llegué adentro y pasé el punto de inspección, me dirigieron a un oficinista que me apuntó, y me mandó al área de sentar. Escogí un lugar en la parte atrás de la sala para poder escaparme más de la plática (generado por la cafeína de café). Sentando en la silla, empecé a descansar un poco, porque había sido tan ocupado en la mañana.

La orientación comenzó precisamente a las ocho y media y los oradores habalaron de varios temas , incluyendo obligación, honor, privilegio, e incluso los seis dolares que vamos a ganar por nuestro servicio ese día. Cuando por fin terminaron de dar las instrucciones, nos dividieron en grupos para esperar nuestra asignación del día. Como no quería ser aburrido, leí un poco, hice una lista de qué haceres por el día siguiente, y me divertí mirando la gente.

Por fin me rendí a mi estomago y con la discreción puse mi mano en la bolsa de almuerzo para agarrar una merienda. Estuve agradecido que todo en mi bolsa no era crujiente, y yo iba poner un pedazo de queso en mi boca cuando llamaron a mi grupo por la asignación del corte y seleción del jurado.

Un oficial nos llevó a un elevador. Subimos dos pisos y caminamos por un pasillo a un área afuera de nuestra sala asignado del corte.

Los pisos fueron de mármol fino, cuales resonaron con el sonido de zapatos arrastrando por la gente frénetica. Una grupo de gente facilmente identificados se llenaron el pasillo: los abogados llevando trajes que costaron demasiado y arrastrando maletines super llenados. Los acusados fueron sombríos y con voz baja mientras que esperaban su destino. Los jurados hablaron para pasar el tiempo. Entonces, de repente, se abrieron las puertas dobles de la sala tribunal para revelar un juez sentado perfectamente inmóvil en su tribunal. La escena me recordó de una drama en la televisión.

El juez miró a los jurados y anunció que el acusado, miedoso cuando había escuchado los jurados en el pasillo, decidió tomar su suerte con un acto de declararse. Su acusación fue robo a mano armada, y su castigo por veinte años. Un momento de darme cuenta. De repente me dió cuenta que hubo más a mi asignación de jurador que lo que habiá pensado. Aqui hay una vida que está en juego.

Nos pidieron regresar al área de sentar para esperar por una posible reasignación. Mientras que me sentí allí, la tristeza me consumó y empecé a llorar. ¿Qué había causado este hombre joven para llegar a este punto? ¿Fue bajo la influencia de la droga, o batallando con haber perdido un trabajo, o la necesidad de proveer la comida por su familia? ¿Estaba buscando ser aceptado por los demás? ¿ O fue simplemente flojo o consumido con avaricia? Estas cosas jamás sabría yo, y ni fueron mi asunto. No había visto su cara, escuchado su historia, o observado el miedo en sus ojos…pero si había sentido que el Señor quería que orara por el. Y así empecé:

Padre Dios, levanto este hombre joven a Ti. Tu lo conocíste en el vientre antes de que nació y cuando era un niño dulce y inocente. Sabes cuales son los propósitos y planes que tienes por su vida, y las circunstancias que le han traido aquí. Te pido, Señor, que te pueda conocer y Tu amor por él durante su tiempo en la cárcel. Que va a pasar los años conociéndote y Tu palabra. Protégelo y cuídalo.

Dále un sentido nuevo de esperanza y dirección. Cura su corazón, sana su corazón destrozado, y pón un fuego dentro de él que quema para Ti. Te pido que hagas Tu voluntad en su vida y que algun día, un fuerte hombre de Dios va a salir de las paredes de la prisión. Te pido por la salvación de sus queridos. Protege y proveé por sus hijos y esposa, que ahora van a tener que cargar la carga solos. Te pido que le dés favor en un trabajo y dónde vivir cuando sale. Dále la fuerza interior para superar la tentación que Satanás va a poner en frente de él por seguro. Caúsalo a superar las probabilidades increíbles de regresar a la prisión. Por favor, úsalo para ayudar a otros que están batallando con situaciones similares, adentro y afuera de las paredes de la prisión. También te pido por los que van a estar en contacto con él, Señor, que lo hablen con el amor y la compasión. Caúsalos que recuerdan su propio pecado—sea que te robaron del diezmo, habrán defraudado en sus impuestos, no han sido honestos con el tiempo cuando tomen sus almuerzos, o han guardado demasiado cambio de dinero—cuando piensan en puntar el dedo de juzgar a ese hombre joven. También te pido por las vidas de las víctimas que han sido tocados por él en cualquiera manera negativa. Ayúdalos a perdonar cómo Tu nos has perdonado, y líbralos de cualquier miedo que ha estorbado sus vidas. Llénalos con paz y gozo y dáles compasión por los perdidos.

Gracias, Padre, por permitirme venir aquí hoy para servirte por inteceder por uno de los tuyos. Te pido que cumples el plan y propósito de ésta vida preciosa que valoras tanto. En el nombre poderoso de Jesús…amén.

Mi asignación fue completado. Aún mi deseo egoísta que me dejarían salir temprano fue contestado. Pensé en cómo había quejado del tráfico, tiempo, incomodidad, y pequeño cheque de seis dólares que recibiría. Perdóname, Señor. Hay tantas cosas por las cuales debo de darte las gracias.

Siempre voy a pensar en si Dios había guiado alguien que orara por mi en mi tiempo de problemas, hace muchos años. Quizas incluso ellos estaban sentados en la silla de atrás leyendo el periódico y comiendo un pedazo de queso. La sangre de Cristo es suficiente por cada crimen. El perdón está disponible por todos que piden. Y la oración es una cosa poderosa, muy poderosa.

Por: Laurie Cervantez
Juradora # 126

 

Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.
Santiago 5:16

De modo que toleren unos a otros y se perdonen también si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
Colosenses 3:13 NVI

 

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